Un día normal y la mirada siempre segura hacia ella. Sentado en una banca con la canción ajena, para que en esa mirada brillante pueda verme tan transparente.
La dicha de la tarde, y un poema emerge de mi silencio, en mi viaje hacia su mente y su momento. Como el inmenso fondo de luces y estrellas en la marea de su universo.
Donde la esperaba nacía una canción. La nota escondida en la risa que no fingía tristeza sin su perfume. Y su perfume venia hacia mi ternura y mis ilusiones de vivir junto a sus brazos.
Aunque nos separamos por las noches cuando regresa a su casa. Y para mi son esas noches las que me hacen tropezar con los versos y las estrofas. Los párrafos que transmiten amores de primaveras.
Y de mi corazón en verano, la magia de sus alas que me hacen sentir. Sin dejar de pensar el delirio de soñar con el sonido de esa melodía, que no termino de escribir junto a la guitarra.
Como esa extraña melodía es. Que acabas de dejarla volar en el respiro de tu soledad.
Mientras creo en ella cada mañana, la siento como cuando me acompaña su silencio y su mirada cuando sonríe.
Como mi vida. Como esa extraña melodía.
La que no puedo terminar de escribir junto a mi guitarra.....
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